jueves, 6 de octubre de 2011

CAPÍTULO TERCERO: EL CORAZÓN CULPABLE con “ARACA, CORAZÓN”, de Alberto Vacarezza y Enrique Delfino, canta Julio Sosa

El tipo le habla a su corazón. No, mejor dicho, le chamuya a su corazón, que es mucho más poderoso. Le pide que se calle. Pero la pregunta es ¿Qué se calle qué? Nunca se deja en evidencia qué es lo que está diciéndole su corazón. Lo que sí sabemos es que el corazón se hace el loco, genial imagen, bien teatral, propio de un autor de sainete como Vacarezza.
Vamos a analizar la historia: ni bien este punga deja la cárcel (a la que había caído por culpa de ella), la mata y vuelve a la prisión. Es decir, qué le importa la cárcel si su libertad en realidad es tener a ella a su lado. Y el único alivio que le queda es cantar este tango, desde la celda.
Es una obra del ’27. No hay antecedentes de diálogo entre corazón y protagonista. ¡Qué bueno que existan los visionarios!

1 comentario:

  1. Andre: Me sorprenden tus reflexiones, a la vez agudas y sencillas, que siempre me hacen pensar algo más. Muchas gracias!!!! Cristina

    ResponderEliminar